#MisoPa'Todas #InfinitasCausales
Virginia Hidalgo y Nikol Martínez
Este texto, como el feminismo, es
fruto de una reflexión colectiva.
Hablar
de derechos sexuales y reproductivos hoy día en Chile, implica hacer una
revisión cultural sobre cómo se construyen los cuerpos femeninos en sociedades
donde, el libre ejercicio de decisión en torno a la no maternidad, está
criminalizado tanto social como jurídicamente.
Habitar un cuerpo de mujer implica riesgos, los riesgos propios de vivir en una cultura patriarcal y androcéntrica en la cual las mujeres venimos padeciendo una opresión histórica. Las diversas colonizaciones sufridas en América Latina, en particular aquella posterior a la Ilustración cuyo proyecto culmen fue la creación de los Estados-Nación, introdujeron un contrato social construido en base a los deseos e intereses de un sujeto particular, éste que muy acertadamente define la economista feminista Amaia Pérez Orozco como el BBVAH -burgués, blanco, varón, adulto y heterosexual-, y que termina negando a la mitad de la población -las mujeres- la ciudadanía de pleno derecho y relegándonos a una posición secundaria de subordinación.
Habitar un cuerpo de mujer implica riesgos, los riesgos propios de vivir en una cultura patriarcal y androcéntrica en la cual las mujeres venimos padeciendo una opresión histórica. Las diversas colonizaciones sufridas en América Latina, en particular aquella posterior a la Ilustración cuyo proyecto culmen fue la creación de los Estados-Nación, introdujeron un contrato social construido en base a los deseos e intereses de un sujeto particular, éste que muy acertadamente define la economista feminista Amaia Pérez Orozco como el BBVAH -burgués, blanco, varón, adulto y heterosexual-, y que termina negando a la mitad de la población -las mujeres- la ciudadanía de pleno derecho y relegándonos a una posición secundaria de subordinación.
Pero,
¿cómo impacta esta construcción androcéntrica de la cultura en nuestros cuerpos
femeninos? Son diversas las formas en que se manifiesta la violencia
patriarcal, que van desde percibir el cuerpo de las mujeres como un cuerpo
ligado esencialmente a la reproducción cuyo destino inexorable es la maternidad
obligatoria, hasta entender el cuerpo femenino como un cuerpo disponible para
el cuidado del otro, propiedad del otro y siempre preparado para satisfacer al
otro.
Para
tener un mapa completo de esta revisión cultural, resulta ineludible sumar la
variable capital, encontrándonos así con lo que Foucault denominó
"biopoder", esto es, las técnicas que los Estados modernos usan para
subyugar los cuerpos y controlar a la población. El feminismo ha puesto sobre
la mesa cómo determinadas instituciones violentan los cuerpos de las mujeres. De
un lado la religión, tremendamente misógina y machista, y de otro la ciencia
biomédica, construida desde una visión androcéntrica. Convirtiéndose ambas
instituciones en herramientas de control reproductivo de los Estados modernos.
Desde
la perspectiva que nos ofrece el feminismo marxista, tal como señala Silvia
Federicci, logramos visibilizar cómo estas instituciones que están al servicio
del capital, mantienen un doble discurso que sirve para alimentar un modelo de
familia tradicional que le es funcional al propio sistema económico
capitalista, generando mano de obra susceptible de ser explotada.
Entonces,
¿cómo, desde la organización entre mujeres y feministas, podemos hacer frente a
este continuo intento de expropiación de nuestro territorio-cuerpo?
Nuestros
cuerpos, cuerpos de mujeres, se han convertido en un territorio en disputa
sobre el que nos vemos obligadas a librar una batalla política de
reapropiación. Son varias las estrategias que desde la articulación feminista debiéramos
transitar, siendo importante resignificar el aborto como un acto subversivo y
de rebeldía ante el sistema patriarcal, percibir el aborto como un acto de
insumisión ante un sistema que nos violenta diariamente desde que nacemos -e incluso
antes- hasta nuestra muerte, de tal forma que el aborto sea leído por la
sociedad como un ejercicio de derecho y de autodeterminación. No menor es la
relevancia que cobra en esta estrategia de resignificación, la descolonización
de nuestros cuerpos, esto implica un ejercicio de deconstrucción de lo
hegemónico, que permita reapropiarnos de un cuerpo que nos pertenece, rompiendo
con lo impuesto desde la cultura occidentalocéntrica que en un momento
histórico, el de la invasión, impuso su moral religiosa retrógrada y
conservadora, además de un sistema económico destructivo y desigualitario.
En la búsqueda
por la reapropiación de nuestras cuerpas, en el viaje hacia la descolonización
y en la pretensión de ejercer nuestra autodeterminación, reconocemos en la
práctica del aborto una acción subversiva, contraria a la estructura
hetero-patriarcal y rupturista de la penalización jurídico-social que la
envuelve. Porque más allá de las diferentes legislaciones y valoraciones
sociales existentes, donde en algunos casos se penaliza y criminaliza esta
práctica cuando no se ajusta a determinadas causales, mientras que en otros se
castiga de modo absoluto (este es el caso de 9 países a nivel mundial, 7 de
ellos en Latinoamérica: El Salvador, Nicaragua, Honduras, Haití, República
Dominicana, Surinam y Chile), el aborto es un hecho, sigue siendo llevado a
cabo por millones de mujeres en los más recónditos lugares del mundo, una
especie de práctica ancestral que al convertirse en tabú, ha ido
transmitiéndose desde el silencio y en secreto entre mujeres.
En
este contexto, cobra importancia la “despenalización social” del aborto, razón
por la cual diversas colectivas y organizaciones feministas trabajamos, pues
entendemos que es la única manera de derribar el estigma que implica abortar,
romper con la “culpa” y asumir que esta práctica no es más que nuestra decisión
llevada a la praxis, nuestra voluntad en pleno ejercicio. Aquí, las estrategias
colectivas y subversivas de resistencia adquieren sentido, permitiéndonos
transformar, esto que desde determinados sectores califican de problema, en una
solución que sólo corresponde a las mujeres, porque en nuestras cuerpas
“nosotras decidimos”.
En el
caso particular de Chile (decimos particular
porque es uno de los 9 países del mundo que penaliza el aborto en cualquier
circunstancia), nos encontramos sujetas a una legislación heredada de la
dictadura, donde la libertad de decidir está coartada por el control del
Estado, por la moral religiosa y por los sectores conservadores de la sociedad
civil, que ni siquiera los gobiernos mal llamados “democráticos” han querido
modificar. Hoy duerme en el congreso un proyecto de ley que dice legalizar el
aborto en un discurso desvirtuado, pero sólo contempla tres casos específicos,
lo que oculta una realidad donde el 96% de las casos por los cuales las mujeres
abortamos en el país, van más allá de la inviabilidad fetal, el riesgo de vida
de la madre (considerándose sólo problemas físicos y no síquicos) y embarazos
producto de una violación. Es decir, hoy día en Chile existen
#InfinitasCausales para abortar. Para dimensionar este fenómeno en números hay
que acudir a datos extraoficiales: una cifra estimativa -la oculta- nos habla
de entre 70.000 a 150.000 abortos clandestinos practicados anualmente en el
país. En otras palabras, en Chile las mujeres hemos abortado, abortamos y
seguiremos abortando independientemente del contexto socio-jurídico más o menos
hostil.
De
esta necesidad de dar respuesta a mujeres que quieren acceder a información
relevante sobre sus derechos sexuales y reproductivos, sobre la elección de la
no maternidad obligatoria y que en un contexto de criminalización como el
chileno encuentran barreras de acceso a la información, surge la Red Feminista y de Entrega de Información para
un aborto libre, seguro y autónomo.
¿Por
qué hablamos de aborto libre, seguro y autónomo?
Libre porque en el contexto actual,
siendo Chile uno de los 9 países en el mundo que penaliza el aborto bajo
cualquier circunstancia y en el cual hoy se discute un proyecto de
despenalización bajo 3 causales que constituyen menos del 4% de los casos,
creemos necesario hacer visible que dicho proyecto es insuficiente y levantar
nuestra postura de aborto libre, en el sentido que las mujeres tenemos
#InfinitasCausales para abortar, las que creemos no requieren ser determinadas,
reguladas ni validadas por nadie salvo por nosotras mismas. Creemos que en un
contexto de no criminalización, las mujeres idealmente podríamos conversar
sobre el aborto, prepararnos a lo largo de nuestras vidas, compartirnos
experiencias e información de modo que pudiésemos escoger efectivamente cómo y
cuándo abortar. Porque no queremos derechos a medias, no queremos que ningún
organismo regule la decisión sobre nuestro cuerpo, no queremos que nos
infantilicen ni que nos tutelen, somos seres humanas completamente autónomas.
Estamos de acuerdo en que la maternidad debe ser un acto de goce y no de
obligación.
Seguro porque en la situación actual de criminalización y ocultismo, es necesario que las mujeres sepamos que no estamos solas, que somos todas parte de una red, de un colectivo de mujeres que abortamos y que nos acompañamos, que nos entregamos información que el Estado nos niega, que compartimos nuestras experiencias y que nos cuidamos de la violencia de una sociedad que nos juzga y criminaliza. Reconocemos que vivimos en un contexto que ha naturalizado el control farmacológico de nuestros cuerpos desde pequeñas, tenemos una mirada crítica hacia la biomedicina por ser androcéntrica y patriarcal, pero nos parece relevante acceder a los avances de la medicina y pensamos que el uso de pastillas para abortar cuando nosotras lo deseemos es lícito. Además estamos totalmente en contra de la existencia de un mercado irregular que además de permitir el lucro, pone en riesgo la seguridad de las mujeres en distintos aspectos (pastillas que no son, consejos que pueden no ser oportunos, etc.).
Y Autónomo porque estamos convencidas de que la práctica del aborto con pastillas hasta las 12 semanas de embarazo puede ser realizada por una misma, en casa, sola o en compañía de quien una desee y al margen de la institución médica o jurídica que vigile o legitime el proceso. Sólo necesitamos contar con información veraz y validada. Porque autónoma debiese ser la decisión y el acceso a los diferentes métodos IVE (interrupción voluntaria del embrazo). Porque apostamos por la desmedicalización del aborto, re-apropiándonos de un conocimiento -el médico- que genera relaciones de poder.
Fruto de este trabajo de reflexión y coordinación de la Red Feminista y de Entrega de Información para un aborto libre, seguro y autónomo, surge #MisoPa'Todas. Campaña nacional que tiene una doble intencionalidad; de un lado, la despenalización social del aborto con el objetivo de transformar el imaginario colectivo y las subjetividades que apelan a la maternidad obligatoria. Y de otro, reducir las dificultades de acceso a información confiable y contrastada sobre cómo interrumpir un embarazo no deseado con pastillas, de forma segura y autónoma. Esta iniciativa #MisoPa'Todas, cuyo lema es #InfinitasCausales, nace del trabajo de diversas colectivas feministas y lesbofeministas que desde las bases trabajamos por la autogestión de la autonomía de nosotras las mujeres y por la promoción, respeto y garantía de los derechos sexuales y reproductivos.
Seguro porque en la situación actual de criminalización y ocultismo, es necesario que las mujeres sepamos que no estamos solas, que somos todas parte de una red, de un colectivo de mujeres que abortamos y que nos acompañamos, que nos entregamos información que el Estado nos niega, que compartimos nuestras experiencias y que nos cuidamos de la violencia de una sociedad que nos juzga y criminaliza. Reconocemos que vivimos en un contexto que ha naturalizado el control farmacológico de nuestros cuerpos desde pequeñas, tenemos una mirada crítica hacia la biomedicina por ser androcéntrica y patriarcal, pero nos parece relevante acceder a los avances de la medicina y pensamos que el uso de pastillas para abortar cuando nosotras lo deseemos es lícito. Además estamos totalmente en contra de la existencia de un mercado irregular que además de permitir el lucro, pone en riesgo la seguridad de las mujeres en distintos aspectos (pastillas que no son, consejos que pueden no ser oportunos, etc.).
Y Autónomo porque estamos convencidas de que la práctica del aborto con pastillas hasta las 12 semanas de embarazo puede ser realizada por una misma, en casa, sola o en compañía de quien una desee y al margen de la institución médica o jurídica que vigile o legitime el proceso. Sólo necesitamos contar con información veraz y validada. Porque autónoma debiese ser la decisión y el acceso a los diferentes métodos IVE (interrupción voluntaria del embrazo). Porque apostamos por la desmedicalización del aborto, re-apropiándonos de un conocimiento -el médico- que genera relaciones de poder.
Fruto de este trabajo de reflexión y coordinación de la Red Feminista y de Entrega de Información para un aborto libre, seguro y autónomo, surge #MisoPa'Todas. Campaña nacional que tiene una doble intencionalidad; de un lado, la despenalización social del aborto con el objetivo de transformar el imaginario colectivo y las subjetividades que apelan a la maternidad obligatoria. Y de otro, reducir las dificultades de acceso a información confiable y contrastada sobre cómo interrumpir un embarazo no deseado con pastillas, de forma segura y autónoma. Esta iniciativa #MisoPa'Todas, cuyo lema es #InfinitasCausales, nace del trabajo de diversas colectivas feministas y lesbofeministas que desde las bases trabajamos por la autogestión de la autonomía de nosotras las mujeres y por la promoción, respeto y garantía de los derechos sexuales y reproductivos.
Así
pues, siendo un objetivo fundamental de la campaña #MisoPa'Todas la entrega de
información fiable y contrastada, practicamos la desobediencia al patriarcado y
apostamos por la democratización de los conocimientos disponibles sobre
procesos seguros y eficaces de interrupción de embarazo con pastillas, avalados
por la Organización Mundial de la Salud y por la evidencia científica validada
y difundida por organizaciones internacionales tales como Women on Web o Women help
Women, entre otras, pero sobre todo, respaldados por la experiencia de
miles de mujeres que en su proceso de aborto han usado Misoprostol de manera
segura, económica y autónoma.
#MisoPa'Todas
busca romper con el tabú instalando en el imaginario colectivo sobre la
práctica del aborto y además asentar la idea de que todas las mujeres tenemos
la responsabilidad y el deseo de conocer y compartir información relevante y
validada sobre los diferentes procesos de aborto, así como de los medicamentos
disponibles para llevarlo a cabo de forma segura con mifepristona y misoprostol
o sólo misoprostol. Este último, de uso original para el tratamiento de ulceras
gastrointestinales, fue descubierto por mujeres brasileñas que buscaban abortar
autónomamente, socializando entre ellas la dosis adecuada para su uso abortivo
tal como señala la demógrafa brasileña Sarah Costa. Más tarde, fruto de una
nueva colonización del saber, este conocimiento sería arrebatado por la OMS
-que hoy lo contempla como medicamento de la canasta básica-, pero que está
restringido en Chile -disponible en los países en que el aborto está
permitido-.
Por
tanto, haciendo frente a esta información que el Estado nos niega, relevando
toda la que las mujeres atesoramos fruto de nuestra práctica histórica, es que la
seguiremos transmitiendo sin tabúes ni culpas, para devolvernos a nosotras
mismas la posibilidad de pensarlo, compartirlo, cuidarnos... hablemos de
aborto.