martes, 8 de agosto de 2017

El feminismo decolonial invita a ser felices Entrevista a Ochy Curiel



Entrevistadoras: Angie Mendoza, Silvia Carradori y Eliza Negrete de la Marcha Mundial de las Mujeres-Chile.
Transcripción: Mafalda Galdames.

“Yo soy Ochy Curiel, nací en República Dominicana, actualmente vivo en Colombia, después de haber pasado como migrante por diversos países, soy activista lesbo-feminista, antirracista decolonial, también soy artista y cantautora, en Bogotá tenemos una batucada, que también es feminista radical y cuando decimos que es feminista radical quiere decir que nos enfocamos a todas las opresiones no solamente a una”.  

Con esas palabras se presenta la destacada feminista dominicana, Ochy Curiel, a quien entrevistamos en el marco del Encuentro Feminista de Arica, realizado desde el 24 al 27 de noviembre del 2016, después de intensas jornadas de discusión feminista. El encuentro contó con importantes organizaciones y feministas tales como Yuderkys Espinoza, Colectivo de Mujeres Luanda, Colectivo Lesbofeminista de Bolivia y de todo Chile. A continuación, presentamos sus principales reflexiones en torno al feminismo decolonial, sus expresiones en América Latina y los desafíos frente al avance de la derecha en el continente.
¿Cómo defines el feminismo?
Para mí, el feminismo es, en una propuesta general, primero una propuesta ético política de emancipación, es también una teoría crítica, porque la academia nunca ha considerado -o ha considerado muy poco- el feminismo como parte de la teoría crítica, sino simplemente como activismo, es una apuesta de acción colectiva que partió en sus inicios de entender cómo se daba la opresión de las mujeres, eso se ha ido complejizando, por tanto no podemos hablar solamente del feminismo, sino que hay diferentes posiciones para ser feministas, diferentes estrategias políticas, diferentes maneras de hacer esas prácticas. Obviamente es un movimiento social porque tiene acción colectiva articulada, y además acción articulada no solamente a nivel local, sino también nacional e internacional, que busca dependiendo de cual corriente, por lo menos desenmascarar cómo fue y ha sido que se ha dado históricamente, en diferentes sociedades inclusive, esa opresión que tiene que ver con la cuestión sexo género.
Obviamente hay otros feminismos, el feminismo negro por ejemplo plantea que no solamente se trata de opresión de las mujeres, sino también que el racismo es clave para entender ciertas opresiones de ciertas mujeres, en este caso racializadas, desde el no privilegio, como las mujeres afro e indígenas en nuestro continente, en otro continente son otros grupos, o como por ejemplo el aporte del feminismo marxista en que el tema de la clase fue fundamental para entender el tema del trabajo y todo lo que significa el trabajo doméstico, y además como esos grupos llamados socialmente tenían que ver también como un sostén de la sociedad capitalista. A partir de allí hay muchas otras corrientes más contemporáneas, el post estructuralismo, el post colonial y actualmente la corriente -por lo menos en América Latina- que de alguna manera recoge ciertos feminismos críticos, como es el feminismo negro, como es el feminismo de compañeras indígenas o de origen indígena, compañeras que han planteado un feminismo postcolonial y que cuestionan la acción discursiva y de las políticas que se tienen de norte a sur. También recoge el planteamiento lesbo-feminista que tiene que ver con entender el régimen de la sexualidad como un sistema de opresión con sus particularidades pero que se articula unido a otros, entonces cuando se hace la pregunta ¿qué es el feminismo? hoy se hace compleja, porque hay muchas respuestas también dependiendo del lugar y de la corriente que está respondiendo.
Pero yo creo que tenemos puntos en común frente a una acción colectiva, o una teoría crítica también pasa por la ética, porque tiene que ver con las transformaciones personales y colectivas que hacemos en torno a las relaciones de poder y en un movimiento social con alcance inclusive transnacional.
¿Qué es el feminismo decolonial?
El feminismo decolonial parte de entender, primero que América fue construida desde la centralidad de Europa en una relación capitalismo, modernidad y colonialismo, es decir hace una relectura de la historia, ¿qué son estos pueblos nuestros y que no?, ya sabemos a partir de las luchas indígenas y negras que esto no fue un descubrimiento, sino que fue una colonización, y entender que fue una colonización para sustentar el capitalismo mundial a partir de una lógica de modernidad mundial donde el centro o el paradigma era el hombre occidental, blanco, heterosexual, católico, padre, ha significado que ciertos grupos han sido considerados como humanos y otros como no humanos. El humano era el paradigma de la modernidad y los no humanos eran los campesinos, indígenas, afro, empobrecidos, etc.
Ese es el primer análisis que hace el feminismo decolonial, y obviamente a partir de ahí entender como esto que sucede desde 1492 tiene efectos hasta el día de hoy, de manera contemporánea. Eso lo podemos ver por ejemplo en las políticas neocoloniales y extractivistas en nuestros territorios, en los que fundamentalmente se afecta a indígenas y campesinos, es más o menos lo que pasó en 1492, pero hoy sigue en nuestra contemporaneidad. Pero además lo que pasó en el feminismo decolonial es que recoge muchas de las corrientes críticas del feminismo, como el feminismo negro, del que se recoge que no es posible pensar la opresión de las mujeres sin considerar el racismo, el clasismo, la geopolítica, es decir, el género no nos basta para explicar eso. También, los aportes lesbo-feministas sobre el régimen de la sexualidad, no sólo como una sexualidad disidente, sino que esto tuvo que ver con la inclusión de los estados nacionales, o sea lo que era el territorio y la nación está basado en la familia nuclear, en la pareja; como pensarnos dueños del otro o de la otra en el tema de la sexualidad y de las emociones, del supuesto amor que es una construcción ideológica, ello no solamente ha traspasado la mente y las relaciones lésbicas y en la cama, sino que ha traspasado todo tipo de relaciones que al fin terminan incluyendo la económicas, sobre quien tiene la propiedad, etc.
Yo creo que también recoge en buena parte los saberes indígenas, recoge buena parte de la historia oral como parte de ese conocimiento que cuestiona mucho la teoría, cómo siempre esa modernidad ha dicho que el conocimiento está centrado en sujetos hombres heterosexuales. Nosotras recuperamos el saber de los pueblos, y dentro de ese saber nosotras recuperamos el saber de las mujeres, que han sido dentro de los pueblos las más excluidas y eso tiene que ver también con nuestra práctica política, es decir, nuestra apuesta no es sólo teórica sino que esa teoría ha salido de las prácticas lesbo-feministas.
Por eso recojo parte de las teorías de las propuestas afro y de las mujeres indígenas del feminismo autónomo del cual formamos parte, en el sentido de cómo el Banco Mundial y el FMI han tenido que ver con las políticas mundiales y cómo el feminismo institucional ha recogido esa lógica. Para nosotras es importante la autogestión, no depender del Estado ni de los partidos, la creación colectiva a partir del consenso, entender que cada una de nosotras tiene que ver con un saber y ponerlo en la colectividad, eso es ser coherente con lo decolonial.
Otra cosa muy importante con el feminismo decolonial es cómo hacemos la política, por ejemplo para mí, una cosa muy importante es poner la batucada en Bogotá, que tenemos que enfocarla a todas las opresiones, esa parte que motiva con los tambores, lo importante es que hacemos la reflexión en la calle, colocamos las consignas, pero también de-colocamos la escritura, como dice la academia es importante escribir, pero pensamos que hay muchas otras maneras de escribir de como lo hace la academia, creemos que hay otras muchas maneras de escribir más radicales, entonces el feminismo decolonial es toda una crítica a lo que significó la modernidad, el capitalismo, racismo, clasismo, heterosexismo que trajo consigo.
También es una crítica a ciertos feminismos hegemónicos que piensan que las mujeres hacemos todo eso de que todos los hombres son nuestros enemigos, nosotras pensamos hacer alianzas con los movimientos de grupos indígenas y de grupos afro porque también viven la opresión, no la misma nuestra, pero también por eso hay que ver la posibilidad de alianzas políticas, que tenemos que hacer en este mundo tan jodido y que cada vez está más complicado con la toma de la derecha por todos lados.
¿Cuáles crees que son los desafíos para seguir construyendo este feminismo decolonial con los movimientos de mujeres y feministas hoy? ¿Cómo piensas que nosotras debemos repensar este feminismo decolonial?
Lo primero a que invita el feminismo decolonial es a releer la historia, ese es el primer ejercicio, por eso yo me hice decolonial, porque lo entendía como primera experiencia de mujer racializada, y el no privilegio como mujer afro-descendiente. Porque entiendo que todas las mujeres se encuentran racializadas y en ese espacio del privilegio y no privilegio, porque yo soy una mujer negra. ¿Por qué yo soy una mujer afro-descendiente? esa es la primera pregunta que nos tenemos que hacer y a la primera conclusión que yo he llegado es, porque se instaló el colonialismo y a la gente africana esclavizada se le consideraba como no humana. Entonces yo veo en mi propia historia esa no humanidad, como se fue construyendo no solamente conmigo sino con otros y otras. Igualmente con la población indígena, qué ha significado el mestizaje en América y el Caribe, porque más allá de que uno sea mestiza, del color, de la mezcla, el mestizaje se instaló como una política racista para construir los estados nacionales y eso tiene explicaciones en el continente, pero también a nivel local, porque ¿quiénes sustentan la mayoría de las riquezas de América Latina?, son blancos o son poblaciones mestizas, no son poblaciones indígenas ni negras, por eso yo creo que lo primero a que invita el feminismo decolonial es a releer la historia, o sea, cómo se fueron instalando todas estas opresiones, racismo, colonialismo, heterosexismo, eso es lo que nos da pistas para entender cómo hacer el feminismo decolonial hoy y entender los fenómenos contemporáneos hoy, como el extractivismo, porque nos están matando a la mayoría de los líderes y lideresas indígenas, esto no es casual, porque es la manera en que opera el sistema colonial, que ha sido parte de la colonialidad contemporánea.
Además yo creo que invita en seguir problematizando el sujeto del feminismo, las feministas negras ya lo venimos problematizando hace tiempo, no se puede hablar del sujeto singular, sino que hay muchas mujeres, pero más que hablar de la diversidad de las mujeres, es entender cómo se dan estas opresiones que además al interior del feminismo se siguieron produciendo. Obviamente, el proyecto al que invita el feminismo decolonial es a pensar un mundo posible donde no haya desigualdades, por eso las feministas no podemos negarnos a la tarea, sobre todo en este continente en que la única tarea son los derechos sexuales y reproductivos, yo creo que no, ya ha pasado un tiempo, o como por ejemplo la lucha lésbica por el tema de la sexualidad, yo creo que ya no da y estamos algunas en ese camino porque eso significa además construir unas alianzas políticas con los hombres, muy importantes en estos momentos.
Además el feminismo decolonial invita a ser felices. “Porque esa parte de la historia, esa parte de la política comprometida con el pueblo, con sus luchas, incita a asumir la historia con mucha alegría como posibilidad de resistencia”.
Esa vaina está muy cabrona, ahora con esta subida de la derecha en todos los países, ahora con Trump donde el racismo se va a disparar a niveles impresionantes, como creo yo que nunca ha habido, nos invita también a rearticularnos y ponernos en escena, que la alegría sea también una práctica política, y obviamente invita también a hacer prácticas políticas, esto de las conferencias, de las charlas y de los cursos aburridos ya no da, hay que hacerlos de otra manera, con mucha creatividad y yo creo que los pueblos latinoamericanos y caribeños ya lo hicieron, es hora de retomar parte de las luchas y de nuestras resistencias.
Muchas gracias.
Un Placer.







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