Elementos transversales de los casos
Los casos que presenciamos son
claros casos de violencia estructural y violación de derechos humanos.
Un elemento transversal en todos
los casos es el ataque a la integralidad de la vida: buscan controlar el territorio,
atacan la salud tanto física como psíquica -entendida como el más alto estado
de bienestar al que podemos acceder-, no permiten el acceso a los servicios
públicos, el acceso a la tierra y a los bienes comunes.
Los derechos humanos que están
establecidos como garantías para las víctimas, terminan siendo una máscara, un
velo, para lo que realmente hacen los Estados que es proteger a las
transnacionales y mercantilizan la justicia, terminan sirviendo para los que
tienen dinero.
Estado termina garantizando
efectivamente la impunidad, impidiendo la verdad, la sanción efectiva a los
culpables y la reparación a las víctimas, tanto a las víctimas directas como a
las comunidades.
Se termina criminalizando a los
familiares, a todas las personas que se atreven a alzarse contra el sistema,
que se atreven a cuestionar al Estado, al sistema judicial y que se atreven a
desafiar el orden de género impuesto.
Todos los ataques son sobre
nuestro cuerpo, el cuerpo de las mujeres vuelve a estar en disputa, tanto sobre
los agrotóxicos, como lo aleccionador que resulta el asesinato de Macarena
Valdés y el lesbofemicidio de Nicole Saavedra. Nuestros cuerpos, al igual que
nuestros territorios, vuelven a estar en disputa.
Los derechos humanos están siendo
violados por el Estado.
Relevamos la organización y la
articulación social en torno a cada crimen. La resistencia de las comunidades,
de los territorios es nuestra mejor arma contra un Estado que asesina.
Caso Agrotóxicos
En este caso vemos claramente el
ataque a campesinos y a defensores y defensoras de derechos humanos. Vemos
ataques directos, muertes, acaparamiento y muerte lenta a través de los
agrotóxicos
Las empresas y los gobiernos
buscan mantener un sistema de producción capitalista que nos está matando, no
buscan mejorar la vida de las personas, sino sólo asegurar la de unos pocos a
costa de comunidades enteras.
Caso Macarena Valdés
En el caso de Macarena Valdés, es
más grosero pues la justicia termina estando puesta al servicio de la
impunidad.
Vemos la criminalización del
pueblo mapuche. El gobierno y las empresas buscan crear un enemigo interno para
hacer la guerra y poder imponer su modelo capitalista de producción y de
militarización de nuestras vidas.
Existe una cadena de
complicidades entre el poder ejecutivo, el poder judicial y el poder
legislativo para garantizar los intereses de empresas transnacionales.
Caso Nicole Saavedra
En este caso, vemos la
negligencia y desidia absoluta por parte del poder judicial. 3 años de
impunidad. Nuestros cuerpos no importan. Los cuerpos de mujeres lesbianas no
importan.
Se persiguió y criminalizó a la
familia.
Los medios de comunicación además
tergiversan y construyen alrededor de las víctimas, un estado de sospecha
permanente en lugar de ayudar en las investigaciones.
La organización es fundamental.
Las organizaciones de derechos humanos son fundamental.
Juicio y castigo a los culpables.
Condenamos al estado capitalista, patriarcal, clasista, racista y colonial.
Creemos firmemente que es
momento, y estamos en un momento histórico en que debemos discutir cuál es la
justicia que queremos, y cómo la queremos, y cuál es el derecho que queremos.
No queremos una justicia ni un derecho patriarcal.