domingo, 23 de noviembre de 2014

SEGUNDA CONFERENCIA INTERNACIONAL DE NUTRICIÓN

DECLARACIÓN DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES

Los movimientos sociales aquí representados, estamos profundamente decepcionados del proceso y resultados de la Segunda Conferencia Internacional de Nutrición (ICN2), la que fracasa en abordar las causas fundamentales  de la nutrición. También tememos que algunas de las soluciones propuestas en la CIN2.  Generarán mayores amenazas  a la nutrición humana, el ambiente, la sustentabilidad y la justicia social.

Nosotros, quienes representamos a los movimientos sociales del mundo, incluyendo a las mujeres, la juventud y los pueblos indígenas y nuestros niños y niñas, los campesinos y campesinas, trabajadores y trabajadoras, la población urbana marginada, los consumidores/as, pequeños/as productores/as, pesqueros artesanales y pequeñas comunidades pesqueras, pastores y pastoras y los Sin Tierra; nos encontramos consternados que la CIN2, no representa ni refleja por ningún medio los intereses y demandas de nuestra gente. 

Por el contrario, cumple con las demandas del sector privado, en particular aquellas de la agro-industria, industria de alimentos y bebidas, así como la industria farmacéutica y química, quienes han exacerbado los daños en la nutrición. Se está dando un poder en incremento al sector privado, así como un espacio en el proceso de la elaboración de las políticas alimentarias y de gobernanza, especialmente en la CIN2.

La nutrición no puede ser separada de la comida. La separación artificial de los sistemas alimentarios (incluyendo los sistemas alimentarios tradicionales), la salud, el medio ambiente, la agricultura, inducida por este devastador modelo económico neoliberal, ha sido producto de falsas soluciones basadas en productos procesados que ignoran los determinantes económicos, ambientales, sociales y culturales.

Para los movimientos sociales, la nutrición también engloba identidad, amor, cuidado, espiritualidad, salud física, mental y emocional. La nutrición es más, que sólo el acto de comer, integramos en ella la trasmisión de métodos, conocimiento, idioma, ceremonia, danzas, oraciones, historias, cantos relacionados a la comida, a las prácticas de subsistencia y alimentos tradicionales en la alimentación diaria, Percibimos y vivimos la nutrición como una totalidad.

Es por esto que denunciamos el sistema alimentario global y el paradigma internacional que se encuentra cada vez más dominado por corporaciones nacionales y transnacionales que inducen al sufrimiento dañando los vínculos y conexiones positivas con  la comida, la alimentación y sus derivados.

Las prioridades para el desarrollo agroindustrial contemporáneo han impactado negativamente nuestras experiencias y retos con respecto a la nutrición en su totalidad. Esto incluye monocultivos, el uso de organismos genéticamente modificados (transgénicos), los usos de agro tóxicos que nos envenenan, que envenenan nuestros suelos, nuestras aguas, nuestro medio ambiente y toda la vida integrada a él. EL acaparamiento de tierras campesinas e  indígenas,  océanos, lagos, ríos, y recursos hídricos, agrava esta situación, que incluye   los suelos y territorios con la práctica industrial de extracción, el fracking y la expropiación no regulada.

Una transición seria en nutrición e implementación de un régimen alimentario ecológicamente profundo y socialmente justo, necesita poner fin a la privatización. Exigimos a los gobiernos establecer e implementar políticas pesqueras que pongan a los pesqueros artesanales y las comunidades pesqueras en el corazón de la gobernanza y el cuidado de los océanos, lagos, ríos, recursos hídricos y ecosistemas marinos. Demandamos finalizar con los recintos corporativos y volver a poner a los océanos como bienes comunes para todas y todos.

Las regulaciones de la Organización de Tratados Mundiales y las restricciones adicionales impuestas por los tratados e inversiones regionales e internacionales  quitan a los gobiernos los recursos y espacios políticos necesarios para poder realizar inversiones y regulaciones responsables que pueden fortalecer la nutrición, seguridad alimentaria y los medios de vida rural.

La nutrición está centrada en los derechos humanos, en el derecho a tener acceso a una alimentación adecuada y nutritiva, en el entendimiento de que la nutrición es la expresión de la cultura, tradiciones y relaciones sociales, es por ello que para alcanzar una nutrición adecuada sólo puede realizarse en el contexto de la soberanía alimentaria.

Los movimientos sociales consideramos que para alcanzar una seguridad alimentaria y alimentación sustentable es indispensable contar con soberanía alimentaria. La soberanía alimentaria es el derecho que tienen  los campesinos y agricultores a definir sus propias políticas y estrategias para una producción sustentable, distribución y consumo de alimentos, de acuerdo a sus propias identidades y propios sistemas para el manejo armónicamente sustentable de los recursos naturales.

La interdependencia que existe entre los ambientes saludables, soberanía alimentaria, seguridad alimentaria y nutrición no debe ser subestimada.  Estamos profundamente consternados con respecto a los impactos del modelo agroindustrial que sólo degrada, contamina y afecta severamente a los ecosistemas, al suelo, el agua y otros recursos productivos. Todas las personas tenemos el derecho de consumir alimentos libres de químicos nocivos.

Los movimientos sociales estamos alarmados con la exclusión  deliberada de la perspectiva de género en los documentos resultantes de la CIN2. Resaltamos la relación que existe entre los riesgos de la salud materna y reproductiva, violencia ambiental y contaminación. Las mujeres y las niñas son desproporcionadamente afectadas por la mala nutrición y en el acceso al derecho a una alimentación nutritiva suficiente y de calidad. A nivel global y dentro de los contextos rurales y urbanos, la inequidad existente entre hombres y mujeres tiene un impacto directo en la nutrición. La nutrición empieza con las mujeres; sus derechos sexuales y reproductivos necesitan ser respetados y garantizados. En muchas comunidades las mujeres son las responsables de la gran parte del cultivo y cosecha de la comida, así como de la alimentación familiar, sin embargo pocas de ellas tienen acceso a una alimentación adecuada y a una buena educación en nutrición.  Apoyamos la inclusión del tema de la lactancia materna en la CIN2, sin embargo, la lactancia no es sólo una cuestión de nutrición y desarrollo infantil temprano, sino que es una cuestión de derecho ancestral e inherente a los derechos de las mujeres y sus bebés; esto ha sido fuertemente distorsionado debido a la discriminación, acoso e información falsa con respecto a la calidad nutritiva de la leche materna versus fórmulas de laboratorio destinado al comercio. La lactancia materna representa la primera forma para poder garantizar plenamente el derecho a una alimentación nutritiva suficiente y de calidad.

Demandamos que las políticas en nutrición y alimentación estén centradas desde el enfoque basado en los derechos humanos, a la luz de los estándares en derechos humanos existentes, incluyendo(más no limitado a) al Pacto Internacional de los Derechos Civiles y políticos, el Pacto Internacional de los Derechos Económicos y Sociales, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Declaración Sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer- (CEDAW), La Convención Internacional sobre los Derechos del Niño y de la Niña, la Convención Internacional Sobre la Protección de Los Derechos de Todos Los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.

Además demandamos que los gobiernos se involucren el establecimiento del Grupo de Trabajo Abierto, para la creación de un instrumento vinculante que asegure responsabilidad de las violaciones a los derechos humanos por parte de las empresas; Así como un Grupo Abierto Intergubernamental para la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos y otras Personas Trabajando en Áreas Rurales. Estamos listos para apoyar la acción gubernamental en este sentido. Demandamos que los Estados implementen, con la total participación de los Movimientos Sociales, como ha sido notado por el Documento de Reforma del CSA, los Lineamientos Voluntarios en el Aseguramiento de la Sostenibilidad de las Pesquerías de Pequeña Escala y los Lineamientos en Gobernanza  Responsable de la Tenencia de la Tierra, las Pesquerías y los  Bosques en el contexto de la Seguridad Alimentaria Nacional.

En el corto plazo, exhortamos a los estados y las Corporaciones a actuar bajo los Principios Guías de las Naciones Unidas, sobre las empresas y los derechos humanos, incluyendo la obligación que tiene el estado de proteger los derechos humanos, la responsabilidad corporativa de respetarlos  y el derecho a una compensación por parte de las víctimas de abusos relacionados con la operación de las empresas. Respecto a este punto, expresamos nuestra preocupación sobre el contenido del Compacto Global de Naciones Unidas sobre empresas y derechos humanos y el concepto de “Responsabilidad Social Empresarial”, alejado de una rendición transparente, en complicidad con los Estados.

Expresamos una profunda preocupación por el hecho de que las Corporaciones han tomado el control de los sistemas alimentarios, en donde la nutrición se ha convertido en una industria por si misma, creando negocios y generando utilidades, no a través de la provisión de alimentos nutritivos, sino que a través del reemplazo por suplementos costosos que no cumplen con las necesidades nutricionales de la gente.

La caracterización de “emergencias” nutricionales en situaciones de crisis y de crisis extendidas ha promovido y reforzado programas internacionales/regionales de asistencia, así como “soluciones” que se han llevado a efecto sin consultas a las comunidades locales y sin cumplir con las necesidades reales de los grupos afectados. Esto tiene un efecto desmoralizador y devastador en las economías locales, a la vez que minimizan a los movimientos sociales, potencialmente creando nuevos conflictos.  Las Agencias de ONU, donantes ONG y Estados, deben asumir la tarea de entender las consecuencias de tales proyectos y trabajar hacia soluciones y orientaciones más integrales. Esto es particularmente importante a la luz del estado actual de los refugiados , de las personas desplazadas al interior de sus países y el potencial de futuros desastres naturales, debido en parte al cambio climático y las medidas insuficientes para atender el cambio climático.

Los gobiernos de todos los niveles deben implementar una política de compras gubernamentales provenientes de pequeños productores locales para asegurar el posicionamiento de los productos de pequeños productores locales, para asegurar el posicionamiento de los productos y abastecer las necesidades alimentarias nacionales con los productos locales y así contribuir a la economía nacional. Los cuerpos gubernamentales regionales e intergubernamentales de igual manera deben adaptar el marco de sus políticas  para la regulación  de las compras gubernamentales en donde se promuevan sistemas alimentarios sustentables  al no adoptar políticas que mermen, prohíban o bloqueen compras  gubernamentales.

Así mismo, es necesario  que se establezcan mecanismos formales para que las y los consumidores tengan fácil acceso a alimentos frescos y nutritivos provenientes de los campesinos y pequeños productores, para acortar la brecha entre el productor y el consumidor.

El rol de la comunicación, información y medios de comunicación es vital para el adecuado desarrollo de las políticas públicas. Como tal, toda la información, comunicación y medios provenientes de empresas transnacionales y otras corporaciones necesitan ser regulados y monitoreados. Los consumidores tienen derecho a recibir información adecuada y educación libre que los alerte sobre los riesgos existentes y el  influjo de las corporaciones. En este sentido necesitamos estándares más rigurosos para el etiquetado de alimentos y su caracterización en donde se señalen los riesgos en vez de divulgar beneficios engañosos.

El etiquetado deberá ir más allá de los estándares mínimos requeridos y su divulgación mayoritariamente acordada. Pedimos regulaciones que prohíban toda la mercadotecnia de productos no saludables, ultra procesados, con alto contenido en  azúcar, grasa y/o sal, incluyendo formulas y alimentos para infantes y niños/as pequeños/as promocionados a los padres, jóvenes y niños/as.

Solicitamos un espacio político que sea inclusivo y representativo de todos los movimientos sociales, particularmente de aquellos que han sido marginados, que refleje nuestros valores y objetivos, que cuenten con la representación elegida mediante nuestros propios procesos internos. Enfatizamos que la creciente criminalización de los movimientos sociales en lo que concierne a la defensa de la alimentación y la nutrición es inaceptable.

La Sociedad Civil debe tener un espacio significativo de participación, como el espacio creado por el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) de la FAO. La nutriciones un pilar central en este Comité, por lo que la nutrición debe ser una corriente principal  en todos los procesos políticos del CSA. Recomendamos la creación y expansión de espacios como estos para los miembros de la Sociedad Civil y Movimientos Sociales en otros organismos internacionales como la OMS, cuyas actividades impactan directamente en los derechos relacionados a la alimentación y nutrición. Enfatizamos el rol fundamental que la nutrición juega como medida preventiva para alcanzar una buena salud. Los alimentos son nuestra medicina, sin embargo las medicinas no son alimentos.

En las comunidades con mayores escases y una falta de acceso a alimentos saludables y frescos, se contraponen los productos procesados provenientes de las transnacionales y corporaciones que provocan obesidad, diabetes, epidemias y otras enfermedades crónicas relacionadas con una mal nutrición.  Combatir eficazmente los problemas del hambre, la malnutrición en todas sus formas y las enfermedades relacionadas, es tarea conjunta con los campesinos/as y pequeños productores/as que impulsará a las comunidades a jugar un rol más activo y participativo, para una transformación de los sistemas alimentarios cuando sea necesario y contribuir así a la soberanía alimentaria.

Acceder a un modo de vida digno y adecuado requiere de condiciones apropiadas para mantener una forma de vida saludable, alimentos, agua, saneamiento, vivienda y salud. Entre quienes se ven más afectados están los campesinos/as y trabajadores rurales  que cultivan, cosechan y procesan os alimentos y que frecuentemente no cuentan con salarios suficientes para mantener un hogar, una nutrición adecuada y calidad de vida digna. El requisito medular para alcanzar esto son los derechos de las y los trabajadores. Existe una clara asociación entre salarios bajos y malnutrición. La respuesta no está en proporcionar “suplementos” a los trabajadores, sino en el demandar a los empleadores salarios dignos para la adquisición de alimentos nutritivos para ellos/as y sus familias.

Los pequeños productores/as y los campesinos/as, incluyendo a sus familias, pueblos indígenas, pequeños pescadores, comunidades pesqueras y pastores, deber ser el componente medular de cualquier estrategia para combatir la malnutrición en todas sus formas, como fue reforzado en el “Año de la Agricultura Familiar Campesina” promovido por FAO.

Para confrontar los retos socioeconómicos y ambientales y para logar una nutrición sustentable en las pequeñas comunidades, debe ser a través de la promoción y apoyo a los pequeños productores y la producción de alimentos a través de un modelo agroecológico focalizado en los mercados locales.

Para lograr esto, demandamos de manera imperativa la protección de las semillas nativas y campesinas, así como los centros de origen  de la invasión y contaminación de semillas genéticamente modificadas que afectan la biodiversidad de los ecosistemas, y que afectan a toda la humanidad de esta generación y las venideras.

Los movimientos sociales, así como todos sus constituyentes están en todas las condiciones para proveer de contribuciones positivas con las mejores prácticas para el fomento de una nutrición sustentable utilizando los recursos locales.

Los movimientos sociales apoyamos en su totalidad un reforzamiento positivo y equitativo en conceptos como “comercio justo” que esté asociado a los pequeños productores. En la actualidad términos como “orgánico” y “comercio justo” han sido capturados por las grandes transnacionales y otras corporaciones, obligando a las y los productores a la adquisición de certificados costosos fuera de alcance. Es por ello  que estos términos deben ser utilizados de una manera respetuosa e incluyente de los movimientos sociales.

Los Movimientos Sociales, exigimos de manera urgente a los Estados, tanto locales como nacionales, el asegurar una distribución equitativa de la comida al crear una distribución pública nacional a través de programas públicos que logren alcanzar a las poblaciones en condiciones de mayor vulnerabilidad mediante la distribución equitativa de la comida, creando un red pública funcional a través de sus programas, que lleguen a las poblaciones  en condiciones de mayor vulnerabilidad mediante la distribución de alimentos frescos y nutritivos, a las escuelas con programas apropiados para la salud materno-infantil, adultos mayores, pueblos indígenas y aquellos con enfermedades crónicas y discapacidades. No podemos permitir la apropiación de la educación en nutrición, alimentación y sistemas alimentarios por las transnacionales y las grandes corporaciones en complicidad con los gobiernos.

Por eso y mucho más que nos ha sido expresado por la poblaciones oprimidas, marginadas y los sin voz, es que exigimos que nuestras voces tengan eco en los corazones de las personas, las comunidades internacionales y los estados miembros.

Roma, 21 de noviembre 2014.
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