En 1998 nos reunimos en Montreal, Quebec, en el primer
Encuentro Internacional de la Marcha Mundial de las Mujeres para organizar la
Acción Global contra la pobreza y la violencia en el 2000. Estuvimos llenas de energía
y fuerza para la lucha. Creemos que es por esto que hemos tenido tanto éxito en
nuestros países, así como a nivel internacional.
En estos años hemos estado fortaleciendo nuestros pilares
(Igualdad, Libertad, Solidaridad, Justicia y Paz) y profundizando en nuestro
afán por la autonomía a través de la auto-organización de mujeres.
Ya han pasado 20 años y nuestro movimiento ha crecido pero,
por otro lado, el capitalismo patriarcal se ha reinventado y se ha hecho más
extremo y violento. El recorte de las libertades y el control de la vida de las
mujeres es una realidad que encaramos en todo el mundo. Cada día nuestras vidas
son invadidas con noticias sobre ataques a los derechos de las mujeres; los
efectos del terrorismo y el fundamentalismo nos afecta cada vez más; el
progreso del capitalismo y la extrema derecha es cada vez más visible; el poder
de las corporaciones ha absorbido a los Estados y las comunidades y la gente
está perdiendo sus espacios. El militarismo y la guerra mutilan las vidas de
las mujeres en todo el mundo; la radicalización de las religiones, las
prácticas culturales y el conservadurismo nos oprime más que nunca.
¡Mujeres en todo el mundo están denunciando y resistiendo
ante este contexto! Las militantes de la Marcha Mundial de las Mujeres están en
primera línea organizándose y actuando en defensa de sus comunidades, en
defensa de la vida. Creemos en nuestra fuerza, creemos en nosotras como fuente
de alternativas y soluciones. Nuestra diversidad, nuestro conocimiento
colectivo y nuestra historia son la fuente de nuestro poder, ¡eso mismo
defendemos!